El Estudio Europeo de Competencia Lingüística (EECL) y la red Eurydice ofrecen, respectivamente, informaciones sobre competencias
en lenguas extranjeras de los alumnos europeos al finalizar la Educación
Secundaria Obligatoria, e informaciones sobre sistemas y políticas de educación europeas.
El EECL ponen de manifiesto que si bien España es el único país en el que
la enseñanza de una primera lengua extranjera (inglés) es obligatoria desde la
Educación Infantil, los resultados obtenidos en comprensión oral no son buenos
(sólo un 12% de alumnos alcanza un nivel B2), siendo mejores aquellos obtenidos
en comprensión lectora (18%). Estos resultados se deben principalmente al
hecho de que la metodología de enseñanza ha privilegiado los contenidos
gramaticales frente a una mayor exposición al uso de la lengua extranjera en el
contexto social español. De hecho, la red Euryduce nos confirma que según los
alumnos el profesorado normalmente no usa la lengua meta en clase, aunque sí lo
hacen “de vez en cuando” o “con frecuencia”.
Sin embargo, los datos cambian a la hora de analizar la segunda lengua que
en el caso de España suele ser el francés, donde los resultados que obtiene España
en comprensión lectora son los mejores, probablemente porque se trata de dos
lenguas parecidas (el francés, respeto al inglés tiene la ventaja de tener,
como el español, origen románico) o porque los alumnos se sienten más motivados
al ser una asignatura escogida libremente.
Por otra parte, estos informes destacan los buenos resultados de países como
Finlandia que se sitúa a la cabeza del ranking de los resultados de PISA.
Cabe preguntarse, entonces, ¿porque Finlandia consigue ser el número 1 en
Educación en Europa, siendo uno de los países cuyos niños no empiezan el
colegio hasta los 7 años?
Podríamos resumir los puntos fuertes de la educación finlandesa de la
siguiente manera:
-
Grupos
pocos numerosos
-
Alto número
de profesores de apoyo
-
Gratuidad
desde preescolar hasta la universidad
-
Implicación
de las familias
-
Recursos
socio-culturales
- Alta
preparación del profesorado que debe superar una selección muy dura
Suponiendo ahora que quisiéramos “importar” el sistema finlandés al español
¿qué elementos educativos podríamos adaptar?
En primer lugar una reducción del número de alumnos a un máximo de 20 por
clase, con al menos un 19% de profesores de apoyo, aumentar el tiempo de
descanso entre una asignatura y otra e instituir clases de apoyo para padres de
forma que puedan ayudar a sus hijos con los deberes.
¿Y qué cambios sociales podríamos proponer?
Empezaríamos por una mayor implicación de las familias, utilizando también plataformas
informáticas; podríamos aumentar los permisos de paternidad/maternidad y
ofrecer facilitaciones laborales para los padres; además, se deberían endurecer
las pruebas de acceso a Magisterio, reduciendo el número de plazas y ampliando
la formación con un máster con un 70% de prácticas docentes.
Finalmente,
si quisiéramos proponer también cambios estructurales en el centro ¿qué medidas
adoptaríamos?
Seguramente
la primera medida sería la gratuidad de comedores, transportes y materiales
escolares. Además, se facilitaría la contratación directa sin sistema de
oposiciones, se reducirían las tareas burocráticas de los profesores y se
fomentaría una participación activa del profesorado en las reformas educativas.
Pero… ¿llegará
un día en el que estas propuestas consigan convertirse en realidad?
De
momento los datos no parecen ir en esta dirección pero no debemos perder la
ilusión de construir cada día un sistema educativo mejor.



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